Ante la emergencia epidemiológica por Covid-19 es indispensable seguir los lineamientos de las diferentes autoridades en materia de salud y llevar una alimentación equilibrada que fortalezca el sistema inmunológico.En ese sentido, los productos lácteos, y la leche, tienen gran aporte proteínico, así como de vitaminas y minerales, que juegan un papel fundamental para mejorar la salud.

Una sana alimentación es fundamental para disminuir riesgos en la salud de personas que sufren enfermedades crónicas, así como aquellas que presenten un sistema inmunológico deprimido. ,, y los productos lácteos son fuente importante de muchos de los nutrientes necesarios para el cuerpo”, dijo Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería (Femeleche).

El calcio es uno de los principales aportes de la leche: en niños y jóvenes ayuda a fortalecer los huesos, mientras que en la edad adulta previene o retarda la aparición de enfermedades propias de esta etapa, como la osteoporosis. Y no solo eso, este mineral es clave en la regulación, activación y proliferación de células del sistema inmunitario, como los linfocitos.

La leche ofrece proteínas de alto valor biológico, que sustituye a la perfección los alimentos de alto contenido energético, los cuales, además, son detonadores de enfermedades como la obesidad y la diabetes.  El valor proteínico-biológico de las dietas debe complementarse con la ingesta de carne, pescado, pollo y huevo.

La leche es fuente de vitaminas del Grupo B, las cuales son fundamentales para la producción de anticuerpos. De igual forma, la Vitamina A, presente en la leche y en varios de sus derivados, es componente fundamental de las mucosas que protegen al cuerpo de la entrada de infecciones. En los niños, los gangliósidos presentes en la leche actúan como receptores falsos, capturando patógenos y evitando que generen enfermedades.

El sistema inmunológico se ve claramente beneficiado del consumo de leche también por la aportación que ésta hace de hierro en el cuerpo, un mineral que evita la rápida dispersión de las infecciones y que ayuda al ser humano en estados vulnerables, como es el caso de mujeres embarazadas o personas de la tercera edad.

Los productos fermentados derivados de la leche, específicamente el yogurt, han demostrado su acción en el sistema inmunológico: un estudio reciente publicado en el British Journal of Nutrition destaca que su consumo regular reduce la aparición de resfriados, tos y sequedad nasal.

El consumo de yogures que incluyen probióticos y prebióticos en su contenido refuerza y mejora la función intestinal frente a la proliferación de agentes causantes de infecciones.

De acuerdo con Femeleche, el consumo de leche en México está muy por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

“La FAO sugiere consumir al menos 180 litros de leche per cápita al año, mientras que en México el registro es de entre 105 y 110 litros por año. Las dietas desequilibradas, altas en contenido energético y bajas en proteína son parte de los factores que han llevado al país a encabezar estadísticas de obesidad en el mundo”, dijo Vicente Gómez Cobo.

Como muestra de la importancia de fortalecer la salud a través de la dieta y el consumo de lácteos, el Gobierno chino ha respaldado la recomendación sobre incrementar el consumo de leche en el país, como parte de la estrategia de salud pública para fortalecer el sistema inmunológico de sus habitantes ante la pandemia de Covid-19.

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